lunes, 9 de junio de 2014

Adiós "Principito"

Cuanto tiempo tarda en llegar el olvido? 
Cuando se pierden los recuerdos?


Tenía once años cuando lo conocí, él habrá tenido unos diez años más que yo. Tres de marzo marcaba el calendario, aquel día de invierno de 1998. Recuerdo claramente ese día, casi cada detalle, en teoría, porque en realidad el detalle más importante lo he olvidado a través de los años, como era él.

Tengo presente ese día como si hubiera sido ayer y no hace dieciséis años, aunque suene a cliché, así es. Era un martes más de una semana cualquiera, en una pequeña escuela de primaria. Como era mi costumbre llegue tarde a la formación, y en el micrófono sonaba la voz de la directora dando la razón de porqué había profesores invitados, para ser sincera no me importaba, daba lo mismo, solo era un discurso más.

Entramos al salón, mi profesora empezaba a dar indicaciones como cada mañana, ella me era más indiferente que la directora, no la quería, no me agradaba y el sentimiento era mutuo, así que sólo hacía lo que pedía para que no me molestara. Me sentaba a una orilla del salón, cerca de una ventana para escapar fácilmente de mi realidad.

Entre mis pensamientos, en un segundo volví a la realidad, justo en el momento en que abrió la puerta  y entró al salón. Jeans, camisa, zapatos, mochila negra, cabello oscuro, piel morena y nada más, no hay más en mis recuerdos que una dulce sonrisa y unos ojos castaños acompañados de una mirada melancólica.

Comenzó su clase, no recuerdo bien de que iba, ¿para qué? si me perdía en su sonrisa y en su voz, esas horas no parecieron existir, pero pasaron y muy pronto, la hora del descanso llegó y por un momento la magia se desvaneció. Al volver al salón, la profesora volvía a tomar el mando, y yo volvía a mi mundo, pero justo en ese momento él caminó hacia mi lugar,  se sentó a mi lado y comenzó a platicar conmigo, quizás sólo fue amabilidad o saber que pasaba por la cabeza de aquella niña tímida, pero para mi fue el momento en que se detuvo mi corazón, mi mundo, en que por primera vez cedí, en que perdí parte de mi alma, en el que me enamore por primera vez.

No recuerdo la conversación, pero recuerdo no haberle preguntado cuándo volvería, salió del salón y mi timidez no me dejó acercarme y preguntarle. Volví a casa, con la sonrisa más tonta que había tenido en la vida,  quería que llegara pronto mañana, pero ni el miércoles, ni el próximo martes regreso, fue la primera vez que pensé que lo había imaginado, que había sido sueño, pero llegó el siguiente martes y él, ahí estaba otra vez de pie mirando sin mirar.

Odiaba que fuera los martes, era el día que tenía deportes, tenía que llevar el “pants” del uniforme, que no hacía me viera bien, mi vanidad me podía más que nada, pero no tenía otra opción. Mi día gris se convirtió en el mejor, los minutos antes de entrar al salón y poder verlo se hicieron eternos, pero llegó, aunque pocas fueron las horas, que la clase de deportes pronto llegó. Un poco de suerte estuvo a mi favor, el profesor estaba de buen humor y dejó a los chicos jugar futbol, yo tenía la clase libre para poder platicar con él.

Me senté junto a él en el patio, fue la primera vez que se me rompió el corazón, tenía novia y también iba a la escuela, la quería mucho, pero no me di por vencida. Me contó cuán especial era para él su novia, la quería como el Principito a su rosa, fue lo más inocente, tierno que escuche, desee desde ese momento que algún día alguien me quisiera así, que fuera así de especial para alguien. Con la ingenuidad de una niña me propuse que él me quisiera así, que fuera todo para él, vaya ilusión del primer amor.

Desde entonces, me volví una mejor alumna, al menos cuando él iba, lo ayudaba a preparar su clase, llegaba temprano a la escuela, cada dos martes yo era más feliz, hasta que un martes no llegó, no sabía qué pensar, no sabia como comunicarme con él, sólo me quedaba esperar. Un día, sin esperarlo, apareció, mi timidez desapareció con él, corrí a preguntar el motivo de su ausencia, que resultó cualquier cosa, pero yo volvía a respirar.

Aquella ausencia, se vio recompensada días después, con la mejor de las noticias, estaría toda una semana en la escuela, lo vería diario, pero también serían los últimos días que lo vería, al finalizar la semana tendría que decirle adiós para siempre. No importaba, disfrutaría cada día, cada hora con él. Por fin me vería con él uniforme de diario, y quizás se enamoraría de mi, yo y mis ilusiones de niña. Pasaron demasiado pronto esos días, además tendría un día menos, porque el viernes sería el examen de admisión a la secundaria.

Aquel jueves de junio, me despedí, le dí una carta donde le decía lo mucho que lo quería y que esperaba verlo pronto, además había colocado mi objeto más preciado, un pequeño dije que era todo para mi. No quería una respuesta, solo que supiera lo que sentía. Me despedí con lágrimas en los ojos. No podía terminar así, así que el viernes terminado mi examen fui a la escuela, lo encontré, era mi oportunidad de declarar mi amor, pero no lo hice, sólo le dije que quería verlo otra vez, él prometió que regresaría algún día antes del fin de curso, o algún día después, que podía escribirle una carta para seguir en contacto, le dí un abrazo, se escaparon una lagrimas mas y le dije adiós, sin saberlo, para siempre.

Después de ese día, nunca más lo vi, nunca mas escuche su voz ni me volví a perder en sus ojos y en su sonrisa. Volvía constantemente a la escuela para ver si volvía, al volver a casa pasaba por afuera para ver si lo veía, pero nunca sucedió. Fui a la secundaria, soñaba cada día con qué contestaría alguna de mis cartas, pero tampoco sucedió. En verdad nunca más supe de él. Regrese el 3 de marzo a mi escuela, pensé que él recordaría el día, pero era claro que para él no había significado lo mismo que para mi. No había más recuerdos de él que un pequeño mantel con su firma, un marcador y una nota con su dirección, pero ni una foto, ni nada que pudiera guardar para recordar con era él.

Pasaron años y años, y nunca más regresó, deje de escribir, en algún punto la vida arranco de mi aquellos pequeños recuerdos, primero la dirección, después los objetos, eso es lo que sucede cuando va llegando el olvido, pero yo me aferraba a que algún día lo volvería a ver, que lo encontraría en algún sitio y nos reconocemos, todo el tiempo pasado desaparecería y volvemos a estar juntos. Nunca pasó, con el tiempo todo pareció que había sido un sueño, nadie lo recordaba, nadie hablaba de él, y yo pronto también deje de hablar y pensar en él. Hasta la era de las redes sociales, escuchaba que miles de personas reconectaban con amigos de la infancia y busque y no encontré, parecía que en verdad todo había sido un sueño.

Dieciséis años he pasado recordando cada tres de marzo aquel encuentro, a aquel chico de veintitantos años, de ojos castaños y hermosa sonrisa, que se quedó para siempre con un trozo de mi corazón, de mi alma y con la ilusión del primer amor. Y que sin querer me dejo la pasión de luchar por lo que quiero, de obtener lo que quiero, de desear que me quieran como él quería. Por él me volví amante de la fotografía, aprendí a guardar recuerdos de mis amigos y las personas que quiero, a recordar fechas significativas. Al final es lo que pasa con todas las personas importantes de tu vida, siempre te quedas con una parte de ellas sin quererlo.

Es una historia sin final feliz, sin un final, porque desde entonces soñé con volver a encontrarlo, pero aunque suene triste, nunca va a pasar, nunca lo volveré a ver, porque también así es la vida, hay personas que vienen, se van y nunca vuelven, y hay que avanzar. Esta es la última vez que hablé de él, esto es parte de avanzar. Han sido suficientes años queriendo un recuerdo e idealizando.



Adiós chico de nombre peculiar, ojos castaños y hermosa sonrisa, siempre serás el recuerdo de mi primer amor, de mi primer corazón roto y el primer gran recuerdo a olvidar...

jueves, 22 de mayo de 2014

Master de los pijos



                                                                                                                                              ¡Alcorcooon!


Un día, de un año increíble te presentan al "master de los pijos", un chico alto, con barba, cabello castaño, gafas oscuras, abrigo negro y bien vestido, y sin pensarlo va y te saluda con su mejor sonrisa. Después entre cubata y cubata van pasando las horas, sin saber bien porque siempre va animándote para pasarla bien, va y pega un grito de "Mexicoo!!" y así logras que te den el mejor apodo de tu vida. Los días pasan y tienes que despedirte de este chico tan único... 

Y al volver a ese sitio donde le conociste, a esa ciudad de marfil, él va y te da su ayuda y cariño desde el primer día, y entre escaleras, maletas, autobuses, te vas dando cuenta del gran ser humano que es... Y así poco a poco, entre pláticas y viajes de coche, le vas conociendo más, le vas queriendo más, te vas dando cuenta que es uno de esos amigos que siempre quisiste tener, de esos que te quieren sin saber porque, que te ayudan y se preocupan por ti, y que son capaces de llevarte hasta el fin del mundo, si hace falta...

Y yo me lo llevaría hasta el fin del mundo, con todo y cubatas, abrigo, y zapatos elegantes (que no son útiles para escalar montañas), porque como dije es una gran persona, un gran amigo, un amigo que te llevas en el corazón. 

Ahora que nos vamos le echaré mucho de menos, pero a pesar de la distancia siempre le querré, y el día que lo vuelva a ver será uno de los más felices... 

Alcorcooon gracias por tanto! Te queremos mucho!!

(Se que un día tendrás tu rancho, con tu indio, tu tractor y tus vacas)...

Gracias More!



                                                                                                                                          ¡Madrid mola! 



Te preguntan entre cañas: como se conocieron?... Y la respuesta es la de siempre, por el miedo a una ciudad nueva y con un "Madrid mola"... al escucharlo ves hacia atrás y te das cuenta que sin saber porque siempre estuvo allí para ti, y que a pesar de los años que han pasado, a pesar de estar buscándose, sigue estando dispuesto a darlo todo.

Si, puede ser el más cabrón de todos, un patán, pero cuando le necesitas ahí estará, cuando le quieras ver, hará hasta lo imposible por hacerlo. Él es así y le quieres o no le quieres... 

Y si, he hecho muchas locuras por él, y haría muchas más, porque sin conocernos de nada nos dio todo su apoyo, y después todo su cariño... 

Tampoco me arrepiento de llevarlo en la piel, porque es un recuerdo constante de él, de sus palabras, de su cariño, de todo lo que hizo y hace por mi... de lo que hemos vivido 

Un abrazo ya no es lo mismo, ahora es mas cálido... y un gracias ya no basta para agradecer todo lo que hace por mi, por nosotras, porque hay cosas que no hay forma de como agradecer...

Y claro, por eso siempre se me romperá el corazón y será difícil despedirme de él, por que a pesar de las peleas, sabemos que nos queremos mucho...

Y aunque ya no baste con ello, gracias por tanto More !

Ella


Dice que fue muy egoísta, pero yo creo que esa fue la más grande e importante decisión que pudo tomar, y el mejor de los regalos, gracias a eso siempre hemos sido libres, nunca hemos temido a nadie y hemos ido a donde nos ha llevado la vida. Nunca nos ha faltado nada, ni nadie, con ella siempre nos ha bastado y sobrado. Es la persona más fuerte y audaz que conozco, pero en el fondo también el ser más frágil. Por ella sé todo lo que sé, por ella amo los números y dibujar, y no es matemática, ni pintora, pero siempre me respondió cuando preguntaba “¿Qué número es ese mamá?” y me enseñó a dibujar mis primeros “garabatos”. A mi hermana la hizo amar las letras y los libros (y no es escritora), siempre le regaló libros y le leía y respondía a su pregunta “¿Mamá qué palabra es esa, que dice?”. Y por nosotras es por quién más énfasis pone al practicar su profesión, nos defendió y defiende ante todo y todos, hizo valer todas las reglas y normas de cualquier escuela, de cualquier lugar, nos enseñó a defendernos y a defender a los demás, nos mostró que vale la pena creer en la justicia, es abogada, es nuestra mejor defensora. 


Ella también seca nuestras lágrimas y nosotras las de ella. Ella da todo por nosotras, hasta su vida, y nosotras por ella. Ella es tan pequeña, pero tan grande a la vez. Aún con la edad que tenemos sigue cuidando de nosotras, pero ahora también nosotras cuidamos de ella. Nos gritamos y nos peleamos, pero siempre nos perdonamos. Nos llena de abrazos y besos. Y nos apoya hasta en la locura más grande. Nos soporta con nuestra música extraña, pero aunque no lo admita, todo ha sido por ella, por la música que escuchaba y con la que crecimos. Nos ha dejado ir, a pesar de que se le rompiera el corazón cada que nos despedimos, ha soportado la distancia y el tiempo, y nos alentó a seguir adelante, a pesar de que en su interior quería que volviéramos pronto a casa. 

Ella le ha ganado la lucha a la tecnología, escribe mejor que yo en la computadora, tiene más “usb’s” que mi hermana y yo juntas, imprime todo lo que necesita, sabe usar skype, tiene dos móviles (y nunca paran de sonar), uno de ellos sólo es para llamadas, en el otro hace de todo, revisa su email, facabook, y busca todo lo que se le ocurra en google, nos envía whatsapps, hasta notas de audio, es más se introdujo al mundo oscuro de los juegos de FB, toma fotos de todo, hasta de cosas que usará en su trabajo, y bueno yo creo que sabe más cosas de lo que nos dice en realidad. 

Ella, es mi madre, y podría seguir escribiendo mil hojas más de ella, de todo lo que hace, de todo lo que es capaz, pero no me alcanzaría el día para hacerlo. Y no sé si será la mejor madre del mundo, porque todos piensan eso de sus madres, pero al menos, es la mejor para mi. Y no sólo es la mejor madre, también es la mejor mujer que conozco, es mi ejemplo de fuerza y lucha. Mi vida sin ella no sería lo mismo, por eso agradezco cada día, que la vida me deja tenerla conmigo. Y este día solo es el pretexto para hacer un poco más especial un día, para decirle un poco más lo mucho que la amo (que la amamos) y para mostrarles a los demás la increíble persona que es, la gran madre que es. 

Mamá gracias por tanto!

lunes, 24 de febrero de 2014

Silencios

Hay días que están hechos de silencios. 
Las palabras que se llegan a formular se 
disuelven como ceniza en la punta de los dedos. 
(Montiel, 2013)


El silencio ¿ la ausencia de sonidos, de palabras, de respuestas? ¿Necesarios, innecesarios?... Estas y más preguntas vienen a mi mente cuando el silencio se hace presente en mi vida de la peor manera, cuando espero tus respuestas, tus palabras, las cuales nunca llegan. Nunca llegan cuando me hacen falta, y llega a mi la frustración.

No sé, no termino de entender esos silencios, esa falta de palabras, no sé si es indiferencia, no saber que decir, falta de tiempo, o lo peor, que no soy importante para ti, que no sería de sorprender, por que no soy más que otra amiga tuya, ni de las mejores, ni de las más "cercanas", ni de las más "bonitas", ni de las "presumibles",ni de las que van y te hacen un club de fans, va, soy sólo una más en tu lista de contactos, en tu larga lista de personas conocidas, al parecer nunca he hecho nada importante, como para que yo sea alguien especial para ti. 

¿Duele? Si, como cualquier desilusión, como cualquier silencio, de una persona a la que quieres y admiras, y en la cual confías, como yo a ti. Y no pido más que un no o un si, no más, por que se que no conseguiré más de ti, así eres tu y así te quiero. Aunque he de ser sincera, tus silencios, como dice una de tus canciones,son balas de plata.

Y claro, con cada silencio, me arrepiento de cada palabra que escribí, de cada palabra que dije, me siento tonta de haber abierto una parte de mi ser, y que no haya ninguna respuesta. Pero, también a lo largo de mi vida he aprendido que todo hay que darlo sin esperar nada a cambio, y quizás por eso es que siempre seguiré aquí a tu lado y escribiendo sin importar que no respondas, y...



Gracias por no responder, me has enseñado lo que significa el silencio...


domingo, 23 de febrero de 2014

Miedos

¿Miedo? Creo que todos en algún momento hemos tenido, sentido eso que hemos aprendido como miedo, esa sensación de mezcla de sentimientos y sensaciones, que en la mayoría de las ocasiones nos hacen paralizar o bien que nos hacen acelerar y echar a correr. En cualquiera de los dos casos, nunca trae nada bueno. 

A mí me parece que la mayoría de mi vida la he pasado con miedo, y además he ido desarrollando un sin fin de miedos y fobias, si típico de cualquier ser humano (como no, si somos el ser más frágil sobre la Tierra), pero a veces me da por pensar que tengo excesos de miedos. De más a menos, le tengo miedo a la muerte, a todos los objetos punzo cortantes, a las agujas, a las inyecciones, a los roedores, a la oscuridad, a los payasos, a las botargas y a hablar en público. Bastantes miedos, sobre todo para una persona de mi edad, pero el madurar o crecer, según se mire, no significa que dejes de tener miedo, o eso pienso yo, así que no me da vergüenza aceptar a lo que le temo. 

Pero a pesar de todo, existen miedos más grandes, y esos son los que te detienen, los que te hacen que no vivas, que no te atrevas a seguir adelante ¿miedo a vivir?, tal vez, y es lo que me ha hecho que con la edad que tengo no haya hecho muchas de las cosas que se supone ya debería de haber experimentado una persona, o al menos lo que dice la sociedad, y que si lo contara a las personas, a la primera me tacharían de rara o algo parecido. Quizás hasta tú cuando lo leas lo pensaras aunque no me lo digas. 

Con mis "veintitantos" aún no bese a nadie, si, a nadie, me refiero a besos "románticos", tampoco he tenido un novio, ni una relación, ni nada de eso, eso a lo que se refiere al amor, pero tampoco me he robado nada, no he participado en ninguna pelea, en ninguna marcha, nunca pise una cárcel (bueno si, pero porque mi madre es abogada), nunca he fumado, nunca probé drogas, es más nunca falte a clase, menos me fui de pinta, y nunca en la vida hice un examen extraordinario ni reprobé ninguna materia, y de irse de fiesta mejor ni hablamos, que la primera vez que fui a un "antro" ya tenía unos "veintipocos". Me parece que a ojos de muchos podría decirse que nunca hice nada malo, pero también me parece que tampoco he vivido muchas cosas. 

Me arrepiento, por que la mayoría de las cosas "buenas o malas" no las hice por miedo, miedo a lo que pudiera pasar, no le dije al chico que me volvía loca lo mucho que me gustaba por miedo al rechazo, y deje de cuidar mi cuerpo por miedo a que me lastimaran, y la única persona que me lastimo fui yo, y nunca más dejé que nadie se acercara a mi. 

Y hoy mi miedo a volver a verte, a enfrentarte ha logrado que todo se complique para que se de ese esperando reencuentro, pero después de pasar por todo lo que estoy pasando, después de cada lagrima que he llorado, de cada disgusto, de cada minuto de frustración, el miedo ya no tiene cabida aquí, me enfrentare a ti, y peleare por lo que quiero, y lo que quiero es a ti... sin duda alguna te quiero a ti.

Contratiempos

Siempre me dijeron que esta vida esta hecha de señales, que hay que prestar atención a todo lo que nos rodea, para así saber si por donde vamos es por donde tendríamos que ir. Lo entendía y lo creía, había fechas que son importantes para mi, que me parecían señales y que por algo habían pasado. Pero ahora no sé si estoy siguiendo esas señales y empiezo a creer que estoy forzando demasiado las cosas y que estoy pagando un alto precio por seguir ese camino. 

Sabes de sobra que hace dos años viaje con mi hermana a un lugar increíble del cual nos enamoramos, y del cual no queríamos volver, que nos dolió mucho abandonarlo y al cual prometimos volver. Y justo tiene dos años que llevamos intentando volver, y por una u otra razón no sé ha podido, por cuestiones económicas, de tiempos, de cambios de planes, pero siempre parece existir algo que nos impide volver. 

Hasta hace unos meses parecía que esa maldición se había terminado, pero parece que no, justo a unas horas de tomar el vuelo, vienen y nos dicen que han modificado tal o cual acuerdo, y que se tienen que hacer cambios... Y ahora estoy aquí atada de manos, esperando que un poco de la "suerte" que nos han quitado llegue a nosotras y podamos resolver el problema lo antes posible. 

Y es justo todos estos contratiempos, los que me hacen dudar de mis decisiones, de que quizás ese no sea el camino, y no lo puedo aceptar, hay personas como él, que si lo acepta y mejor lo deja y lo cambia para un mejor momento. Yo ya lo he pospuesto tanto, que no me creo capaz de aceptarlo y dejarlo ir, de dejar de luchar por ese sueño, de volver a encontrarme con ese mundo que me conquisto, de volver a verlo a él...

Quizás ese sea el problema, que he tenido miedo y no he sido sincera a lo que quiero ir, cuando sea honesta y me quite el miedo, quizás el mundo vuelva a confabularse para que todo indique que ese es el camino correcto. Y si, quiero y deseo ir para verte, para abrazarte, para besarte, para perder la cordura y dejarme llevar, sin importarme que tú me olvides al día siguiente, sin importar que piensen los demás, sin importar lo que tu puedas pensar... 

Por eso a pesar de todos los contratiempos, hoy decido luchar por volver a verte, sin importar nada ni nadie, así tenga que dormir bajo un puente, así tenga que cruzar un océano, tenga que correr o lo que tenga que pasar, he de verte una vez más. Hoy decido ser sincera y luchar por lo que quiero... y te quiero a ti!!