lunes, 7 de diciembre de 2015

El día que la palabra "more" dejo de ser especial

Después de 1460 días prendada a ti me despedí sin decirte adiós, nunca me gusto esa palabra, es demasiado grande, demasiado dolorosa, tan tajante, pero era momento de dejar de soñar, de esperar y sobretodo de sufrir.

Aquel día de invierno mi mundo se detuvo al verte por primera vez, era la primera vez que volvía a sonreír, que volvía a sentir como mi corazón podía palpitar a mil por hora por alguien que no conocía, pero que en ese segundo se volvió todo. Creo que desde ese momento te empecé a querer y a soñar que podías quererme. Pero también desde ese momento el destino sabía que no iba a poder ser.

Nunca he sabido coquetear, conquistar, no lo sé porque siempre sueño, pero nunca actuó, siempre me quedo en silencio, y espero que sucedan las cosas, pero esta vez quería volver a intentarlo, quería que me mirarás, que vieras más allá de mis gafas o de mí cabello desastroso. No sabía, sólo hacía lo que creía que podía llamar tu atención, considerando la poca comunicación y la distancia.

Un like, y otro like, una foto, un comentario, un vídeo, todo era una oportunidad para mi y recordarás por un momento que ahí estaba, una niña interesada en ti, en saber de tus gustos, de tus tonterías, de tus chistes malos, de tu música. Quería saberlo todo de ti, quería encontrar ese punto de conexión para que me miraras, para que vieras que yo podía ser esa chica que no buscabas pero que había aparecido en tu vida para ser feliz.

Pero yo no sabía cómo eras, que eso no te gustaba, que mis intentos de que supieras que existía te hacían querer saber menos de mí, que me alejaban más de ti. Lloré tantas veces cuando un mensaje nunca recibió contestación, cuando un comentario fue ignorado, cuando no llego un like a una publicación que iba para ti, cuando un whatsapp no fue contestado. Y suena absurdo, pero era el modo en que me comunicaba contigo, era en el mundo en el que nos habíamos conocido y en el que podíamos interactuar.

Y no sé si se debe de hacer, no sé si se debe de querer así, si se debe ser o no así, pero es mi forma de ser, de expresar lo que siento, de intentar mantener el contacto con quien quiero, de saber más de las personas que me interesan, de siempre darlo todo e intentar estar presente. Y si, tú, con tu forma de ser, me hiciste dudar de mí, me hiciste sentir mal conmigo, de pensar que no se debe ser así, que no se debe querer así.

Y tal vez no se debe querer así, tal vez no se deba dar tanto por alguien, tal vez no tienes que estar tan presente en la vida de las personas, pero al menos en el futuro no me arrepentiré de haberlo dado todo, de haber querido, de haber soñado, de haber hecho locuras imborrables, de haber intentado hasta el último momento.

Pero me cansé de esperar, de esperar que quieras saber de mí, de esperar el mensaje que nunca llegará, de esperar ser parte de tu vida, de esperar que quieras pasar un momento conmigo, de esperar a ser tu amiga, me canse de sentirme mal conmigo por quererte así… Me rendí.

Ya no quiero seguir soñando con que un día pasé todo lo que imaginé, ya no quiero más un nudo en la garganta, ni lagrimas que me traicionan e inundan mis mejillas, ya no quiero sentir como mi corazón se emociona y se rompe, ya no, por eso hoy me marcho, ya no tendrás que ver mis likes, mis comentarios, mis publicaciones dedicadas a ti, mis whatsapps queriendo saber ti o queriendo verte.

Y hoy, después de tanto tiempo, en un día frío como el que te conocí, me voy, no te digo adiós, porque no podría decírtelo, porque odio las despedidas, me voy de tu vida en silencio, recojo mi cariño, mis sonrisas, mis besos que guarde y nunca te di, mis abrazos, mis miradas, mi tiempo, mis recuerdos contigo, de ti, mis sueños y mis ilusiones.

Te quise y quizá siempre sea así…


Pd. Sé que no todo fue malo, que fuiste amable y me ayudaste, eso no lo olvidaré y te lo agradeceré siempre, lo sabes de sobra… Gracias. 


miércoles, 7 de octubre de 2015

Un mes, otro Madrid...




Tras mis miedos y dudas, hoy hace un mes que llegue a España, 30 días, 4  semanas, 720 horas, 43 200 minutos y hay días en que sigo sin creer que estoy aquí y otros en que me siento como si llevará toda una vida aquí. Y como alguien en un momento me dijo: “cada viaje es una experiencia diferente”, y así ha sido este tiempo, una experiencia distinta a la primera vez que llegue a España.

Este país sigue siendo un sueño para mí, sigue teniendo magia sus calles, sus edificios, su música, las personas de aquí, sobre todo mis amigos que están aquí (aunque aún no los haya podido ver), pero también he estado descubriendo otro Madrid que no conocía.

Un Madrid sencillo, que empieza su jornada muy temprano, en el que hay una mezcla de idiomas y personas por donde voltees, donde aún los niños corren y juegan por la calle (tanto que cada tarde escucho sus risas, gritos y llantos desde mi ventana), donde las ropas son sencillas, donde no existen los hipsters ni las barbies, donde según eres parte del barrio la gente te saluda por la calle y  te sonríe, hasta los vendedores ambulantes.

Es un sitio en el que he descubierto, que como en mi país, no todo es bonito, y hay personas que lo pasan mal, donde puedes ver en el bus a un señor cansado del trabajo, contando a sus dos hijas una historia para entretenerlas del viaje y distraerlas del malestar de una gripe. Donde te das cuenta de la gente que se ha quedado sin hogar, en aquel señor que cada mañana está en la esquina de siempre con su mochila y pidiendo para comer y que una noche descubres que duerme en el cajero automático de la avenida.

Y si, se que existen otros tantos sitios que te harán  dar cuenta que en un país primer mundista hay pobreza y problemas que están más allá de los sitios guiris, hipsters y universitarios. Este mundo es real aquí, en mi país y en todo el mundo, y del que sólo te puedes dar cuenta cuando ves más allá de lo que siempre miras, cuando caminas por las calles y te fijas en las personas que se han vuelto invisibles.

No sé, es el primer mes, he descubierto nuevas cosas, he ido a conciertos, he caminado, me he acostumbrado a subir y bajar 64 escalones, por lo menos una vez al día (es lo que tiene vivir en un cuarto sin elevador), he conocido personas (españoles, mexicanos, canadienses, tailandeses, neozolandeses, estadounidenses…), he avanzado en mi investigación, y aún quedan muchos meses más y seguro que cada mes habrá mucho que vivir y mucho que contar…


miércoles, 8 de julio de 2015

Encontré




En el sitio y en la persona que menos imaginé, encontré a un chico que me hace sonreír desde la mañana hasta la noche, que me hace feliz día a día, que dice te quiero sin miedo y que llena mis horas de besos. No sé si esto dure un instante o una vida, sólo sé que quiero vivirlo, disfrutarlo y ser feliz... 

Por ti



Por ti, afrontaría el mundo sola, 
Por ti, vencería el sueño,
Por ti, dominaría mis miedos 
Por ti, no comería 
Por ti, descubriría nuevos mundos, 
Por ti, aprendería de fútbol, 
Por ti, hablaría sin parar, 
Por ti, correría miles de kilómetros, 
Por ti, amaría el silencio, 
Por ti, caminaría bajo la lluvia
Por ti, no sé qué más haría por ti... 

Sonríe



Y desde su propia oscuridad él le dijo: "sonríe, la vida es para ser feliz", y ella sonrió como hace mucho que no hacia. Ahora ella cada día, entre palabras, te "quieros" y besos le recuerda a él que a pesar de la oscuridad y de los problemas, debe sonreír y ser feliz. Así, él y ella viajarán en el mismo barco hasta que la Tierra deje de girar, hasta que el viento deje de soplar.

Quiero



Quiero hacerte sonreír, verte sonreír, 
y con besos curarte las heridas.
Quiero convertir tu cielo gris en azul, 
que aún en los días de lluvia veas el Sol. 
Quiero borrar la distancia, 
cambiar kilómetros por abrazos tuyos.
Quiero eliminar el tiempo, 
convertir las horas en besos para ti. 
Quiero que no exista la noche, 
para que tus palabras nunca se detengan.
Quiero nunca soltar tu mano, 
caminar así hasta el fin del mundo. 
Quiero ser y hacerte feliz, 
estar contigo y que no importe nada más que ese instante. 
Quiero que esto dure una vida,
o un instante, pero vivirlo contigo.

Despedida




Después de pasar una tarde juntos, 
de recordar como su historia había comenzado, 
de llenar sus horas de besos y abrazos, 
llego la hora de separarse, él en una dirección, 
ella en la dirección opuesta. 
En el anden él se quedo de pie, 
ella lo veía desde el tren, 
parecía que se veían a los ojos a pesar de la distancia, 
ella quería volver a su lado, 
ella quería que el tren no avanzará, 
pero él se quedo en el anden y a ella la alejo el tren, 
y en ese preciso momento 
una lagrima rodó por su mejilla. 

domingo, 24 de mayo de 2015

Vicio


Mi nuevo vicio me hace reír,

me hace olvidar, me hace soñar,

Mi nuevo vicio está lleno de palabras,

de besos, de te quieros,

Mi nuevo vicio me acompaña de día y de noche,

bajo el sol y la lluvia, en las buenas y en las malas,  

Mi nuevo vicio me sonríe,

me da la mano y camina conmigo,

Mi nuevo vicio me ayuda a cumplir anhelos,

a luchar, a ir más lejos,

Mi nuevo vicio me regala el Sol,

las nubes, los días,

Mi nuevo vicio me cuenta sus secretos,

sus ilusiones, sus imposibles,

Mi nuevo vicio me enseña de fútbol,

de música, de fotografía,

Mi nuevo vicio y yo vamos en el mismo barco,

en la misma dirección, en el mismo camino,

Mi nuevo vicio alegra mis días,

mis canciones, mis recuerdos,

Mi nuevo vicio me quiere,

lo quiero, nos queremos.

domingo, 17 de mayo de 2015

Nunca más




Mientras las nubes se quemaban 
con el último rayo del sol, 
ella dejo caer una lagrima, 
entre las palabras del monitor, 
había descubierto que aunque cambiara, 
aunque creciera, aunque siguiera sus pasos,
ella para él nunca sería importante, 
él nunca la miraría como ella a él, 
nunca la querría como ella a él, y ella, 
ella ya nunca más le escribiría, 
nunca más lo buscaría, 
nunca más lo vería, 
nunca más...

DÉCADA



El primer día de clases, del último año de la preparatoria, a la última hora, al entrar al salón de clases lo conoció...

Fácil decirlo, fácil escribirlo, pero este encuentro tiene una década de que sucedió. Seis letras, tres silabas que resumen el tiempo transcurrido, 120 meses, 520 semanas, 3652 días y miles de horas, que parece que transcurrieron en un segundo. Encuentros esporádicos, palabras pocas, silencios eternos, anécdotas varias, desilusiones, ilusiones, enfados y cientos de recuerdos.

Él siempre la escucha, siempre la alienta, siempre la admira, siempre le dice las palabras que necesita escuchar, siempre la hace sentirse especial, todo con su peculiar forma de ser. Ella lo admira, lo escucha, aprende de él, le cuenta sus problemas, confía en él, lo ama desde lo más fondo de su ser. Ambos se quieren, sin haberlo dicho nunca.

El tiempo pasó, pasa y pasará, y esta historia se seguirá escribiendo, o al menos eso esperan ambos, él inmerso en su rutina, ella buscando la manera de conocer nuevos mundos, como siempre ha sido, tan cerca y tan lejos…

SOLD OUT





Vendamos nuestro pasado,
olvidemos lo que hemos sido.
Vendamos nuestros recuerdos, 
hasta olvidar los sueños que una vez tuvimos.
Vendamos nuestras ilusiones,
aquellas que nos hicieron lo que somos hoy.
Vendamos lo que logramos,
hasta aquello en lo que creímos que fallamos.
Vendamos nuestras sonrisas,
junto con las noches de fiesta y los domingos de amigos.
Vendamos las letras y los acordes,
de la música con la que logramos llegar a la luna.
Vendamos paredes,
que sólo esconden lo mejor y lo peor de nosotros.
Vendamos todo,
hasta quedarnos vacíos.
Vendamos nuestro futuro,
que parezca que hemos sido vencidos.